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Para lecciòn del resto del colectivo femenino y de muchos varones es importante reparar en un detalle muy importante, y es de que, los campeones se hacen, se moldan al trajín y el calor de las batallas y ese temple que adquieren es la marca que les distingue en los momentos de apremio y es por ello, que pareciera tarea imposible las más veces..... ganarles.
22 años de jugar le han desarrollado el espíritu de lucha a Carolina y moldeado la voluntad de entrega. Cae en la primer partida de 4 y toda seria recogió sus cosas y se fuè, llevaba la procesión por dentro.
En la partida 2 y clave, sicològicamente borrò del mapa a su rival y ahi retomó las riendas. El match fue desigual, la 4ta partida alcanzó hasta para regalar medio punto al final, eso tras, por segunda vez (lo hizo en la 2da partida) le sonò las piezas a la rival en una captura, con toda la premeditación del caso, algo asì como un golpe de autoridad. La rival ni cuenta se diò.
No basta con querer las cosas, hay que luchar, hay que entregarse por esa causa. Nada es por que, que bonito seria, no. Hay que trabajar por lo que se quiere. Entrenar, preparar, tener vergüenza deportiva. Tener sangre en las venas.
Felicitaciones a Carolina por que mantiene ese temple de luchadora e ingredientes como ese, son los que se ocupan para alcanzar metas. La corona quedó en buenas manos.
Esperamos verte pronto en uno de nuestros eventos o talleres de entrenamiento