Boanerges Navarro naciĂł el 30 de setiembre de 1933 en el cantĂłn de Alfaro Ruiz, Zarcero, Alajuela. Siendo el mayor de 7 hermanos hijo de un humilde agricultor Juan Rafael Navarro y una educadora ejemplar Adela LĂłpez. CreciĂł dentro de su humilde hogar con limitaciones dando el ejemplo a sus hermanos de trabajo y la importancia de la educaciĂłn.
Luego de terminar sus estudios secundarios con grandes sacrificios, Boanerges iniciĂł su vida de servicio como educador en un pequeño pueblo en Guanacaste, donde conociĂł a quien fuera su esposa por 47 años MarĂa Elena Sequeira.
Junto con MarĂa Elena procrearon 4 hijas, Giselle, Maribel, Ileana y Adela. Residieron en Santiago de Puriscal hasta 1990 cuando se mudaron a San Vicente de Moravia.
En sus 25 años como educador en varias regiones de Puriscal, Boanerges se destacĂł por ser un maestro comprometido con la educaciĂłn de sus alumnos y en aquel tiempo en esas zonas rurales tambiĂ©n fue considerado un amigo de la comunidad. Muchos de sus alumnos aĂșn lo recuerdan con mucho cariño.
Entre los varios pasatiempos que Boanerges empezó a desarrollar después de retirarse como educador estå el Ajedrez. A pesar de aprender este hermoso deporte a edad adulta se comprometió intensamente, como con la mayor parte de sus proyectos de vida, buscó ajedrecistas con experiencia de quienes aprender y råpidamente se convirtió en un ajedrecista de corazón.
Como buen educador decidiĂł empezar a enseñar el deporte a amigos y familiares; entre ellos a su hija menor. Adela se destacĂł como una gran promesa del ajedrez, logrando ganar varios campeonatos entre ellos, Juegos Estudiantiles, Juegos Nacionales y un Subcampeonato a nivel nacional. Entre otros logros representĂł a nuestro paĂs en varios eventos internacionales.
Boanerges siempre continuĂł estudiando ajedrez y enseñando todo ese conocimiento a la gente a su alrededor, especialmente a los niños y jĂłvenes. El creĂa firmemente en sus grandes beneficios, en lo maravilloso de ese deporte ciencia como Ă©l mismo lo afirmara. Desinteresadamente impartiĂł clases desde su casa y en las escuelas en Moravia que fue su residencia durante muchos años.
La pasiĂłn de Boanerges por el ajedrez se comparĂł con su pasiĂłn por la enseñanza. AĂșn en sus Ășltimos dĂas de vida, su mayor consuelo fue jugar una “partidita” como las llamaba Ă©l. Ciertamente en el cielo donde estĂĄ debe estar disfrutando de los frutos que sĂłlo un ser humano como Ă©l puede cosechar.