Por Leontxo GarcĂa
Fue una lucha tremenda de conceptos y Ă©pocas. Viswanathan Anand, de casi 44 años, criado cuando los ajedrecistas de silicio eran aĂșn despreciables, apostĂł por la iniciativa a toda costa. Magnus Carlsen, de casi 23, hijo de las computadoras que calculan millones de jugadas por segundo, confiĂł en la ventaja material y el cĂĄlculo preciso. Seis apasionantes horas despuĂ©s firmaron la paz. El duelo se reanudarĂĄ el viernes con el marcador igualado (2-2) a falta de ocho asaltos.
"Vaya tostĂłn nos espera", se escuchĂł en la sala de prensa, y en varios idiomas, al ver que el noruego planteaba el habitualmente soporĂfero Muro de BerlĂn, el arma defensiva con que el ruso VladĂmir KrĂĄmnik destronĂł a su compatriota y maestro Gari KaspĂĄrov en 2000, cuya idea estratĂ©gica de fondo recuerda a los cerrojos mĂĄs radicales en el fĂștbol. En los meses de preparaciĂłn de aquel histĂłrico duelo, KrĂĄmnik pensĂł que forzar, con las piezas negras, la eliminaciĂłn de las damas (la pieza mĂĄs potente para atacar) nada mĂĄs empezar iba a incomodar mucho a KaspĂĄrov, quien gozaba con las ofensivas en tromba. Y acertĂł: El Ogro de BakĂș no fue capaz de ganarle una sola partida de doce.
El planteamiento psicolĂłgico de Carlsen fue diferente: como es 21 años mĂĄs joven que su rival, le interesa provocar luchas largas y tediosas que minen la resistencia del campeĂłn, a pesar de que Ă©ste ha cuidado muchĂsimo su preparaciĂłn fĂsica (pesa 6 kilos menos que hace 3 meses). Pero Anand demostrĂł que, incluso sin damas en el tablero, el ejĂ©rcito blanco puede mantener un tremendo bombardeo del muro. Sin embargo, el aspirante aguantĂł como si tuviera un chip implantado en el lĂłbulo frontal, ganĂł un peĂłn, luego otro y a punto estuvo de lograr la victoria, pero la presiĂłn del reloj le hizo cometer una imprecisiĂłn cerca del control de la jugada 40, que debe realizarse antes de que se agoten las dos horas iniciales en cada esfera. AĂșn asĂ, el escandinavo continuĂł desgastando al indio dos horas mĂĄs, hasta que llegĂł un momento en que retrasar la firma del empate hubiera sido una falta de respeto.
Incluso KaspĂĄrov, quien ha deseado pĂșblicamente la victoria de Carlsen, elogiĂł durante la partida el Ămpetu de Anand, cuya ventaja psicolĂłgica tras el primer tercio del duelo es clara, aunque no muy grande: como Carlsen es el favorito, cada acuerdo de tablas eleva la moral del veterano pentacampeĂłn, elegido "mejor deportista indio del milenio" a principios de este siglo. Pero Anand estaba viendo las cosas de otra manera en el escenario, segĂșn confesĂł despuĂ©s en la sala de prensa: "Me he visto perdido, y he tenido algo de suerte al contar con jugadas fĂĄciles de ver cuando estaba apurado de tiempo". Carlsen disintiĂł: "No he visto ningĂșn golpe ganador concreto. Anand ha jugado muy bien. Creo que ha sido una gran partida, ademĂĄs agotadora; asĂ deberĂa ser siempre el ajedrez; y el dĂa de descanso nos vendrĂĄ de maravilla".
Fuente: El PaĂs